Agapito, nuestro mayor enemigo.

En tiempos en los que lo único que prima es el capital, el poder y el mero hecho del 'tener', un empresario soriano conocido por todos irrumpió en un club histórico aragonés con la única intención del autobeneficio personal y con el resultado de un equipo que no hace honor ni a su nombre, ni a su historia.Siete años hace ya, siete largas e interminables temporadas sufriendo y maldiciendo el día que aquel gobierno socialista que por aquel entonces gobernaba en Zaragoza irrumpiese sin temor ni vergüenza en esta institución.

Lo peor es que no solo se ha visto gravemente dañada y perjudicada la imagen de la entidad deportiva e institucionalmente-que también- es que detrás de todo esto hay una afición harta de mentiras, engaños y demás estrategias fraudulentas. Una afición triste por presenciar como el equipo agoniza en la época más oscura del historia del equipo maño. Impotente y frustrados nos sentimos los aficionados ante semejante situación, de muy difícil resolución.

Los jugadores no cobran su sueldo correspondiente desde hace cuatro meses y el equipo está inmerso en un sinfín de deudas, que obviamente no se pueden pagar a corto plazo, ya que en Segunda tan solo se cobra 2,5 millones en concepto de derechos de imagen( cantidad más que insuficiente para afrontar dichos impagos).
Lamentablemente, los problemas no acaban ahí; la crisis deportiva es un hecho que sufre el equipo desde hace varios años atrás. La cantera es un auténtico desastre, y la prueba está en que actualmente no hay ningún aragonés en la plantilla, y son escasos los que han salido en estos años anteriores. La política de fichajes del club se basa en incorporar a jugadores a bajo coste de dudosa calidad sin el nivel suficiente para la división de oro del fúbol español. Babovic, Wílchez, Bienvenu, Marco Pérez o Dujmovic son los que actualmente se me pasan por la cabeza, pero la lista de todos ellos es de un tamaño considerable. En vez de fomentar las categorías infantiles y apostar por jugadores de la casa que sientan los colores, se incorpora a una multitud de jugadores extranjeros que ni entienden ni representan los colores de esta camiseta.Este año el filial blanquillo ha descendido a Tercera División tras caer por un global de 6-1 ante el Constancia en los playoffs de descenso tras una eliminatoria en la que el filial blanquillo no mereció tanto castigo.

Respecto a las reacciones violentas y destructivas del sector joven de la afición zaragocista he de decir que las entiendo perfectamente, aunque obviamente no las comparto. Las entiendo porque toda paciencia tiene un límite, y durante estos últimos años se lleva demasiado jugando con el. Entiendo perfectamente esa sensación de bochorno y de furia cuando ves a tu equipo que se juega la vida en dos partidos y obtiene un indignante balance de seis goles en contra. Esa desgana y falta de ambición y compromiso que han demostrado los jugadores cada vez que han saltado al campo en la inmensa mayoría de los partidos de la segunda vuelta.


Sinceramente no veo la forma de que Agapito deje el club y se marche de una vez por todas. No lo ha hecho en ninguna de las anteriores temporadas, y desde mi punto de vista imagino que esta tampoco. Jamás podré entender como puede caber tanta capacidad de aguante y valentía. La valentía de saber que tu gestión es desastrosa, la valentía de saber que absolutamente nadie te quiere en el cargo y seguir en él. Hace meses que nadie sabe de él, y sus comparecencias ante la prensa son nulas, ni aún siquiera para defenderse de acusaciones infundadas hacia su persona y hacia el club por presuntos amaños.
Fernando Molinos llegó para ocupar el cargo de presidente del club y sembró falsas esperanzas en todos nosotros, que creímos comos ilusos que haría algo por el club.La directiva es como el club actualmente, una mentira; una mentira de la que todos los zaragocistas formamos parte.

Jaime Paricio -- @j_paricio